La caza desde un punto elevado, sea desde un árbol o una torreta, ofrece ciertas ventajas al cazador convirtiendo está técnica de aguardo en una estrategia muy efectiva en muchas situaciones.Las ventajas a continuación enumeradas son válidas sea cual sea el arma que empleemos pero es cierto que cobran aún más sentido en el caso de la caza con arco puesto que la limitación de la distancia efectiva de tiro con este arma -y más aún si lo empleamos en las horas de baja visibilidad al amanecer o al anochecer o incluso ya con la noche cerrada- obliga a posicionarse muy cerca del animal que perseguimos.Así pues esa será la primera gran ventaja que ofrecerá el apostarse en una posición elevada: la posibilidad de reducir la distancia. No es infrecuente ver puestos de espera en árboles situados a escasos quince metros del comedero, la trocha o la plaza sobre los que esperamos aparezca nuestra presa.
La posición elevada nos proporciona una serie de ventajas que son a su vez las que permiten que nos coloquemos más cerca que si estuviéramos en el suelo.
Visibilidad. Al estar por encima del terreno, nuestro ángulo de visión será más directo sobre la zona de caza, esquivando nuestros ojos, y por tanto también nuestra bala o nuestra flecha, los diferentes obstáculos naturales que de otra forma nos impedirían tener una línea de visión limpia.
Esta misma ventaja visual es la que nos permitirá detectar los movimientos de los animales cuando se estén acercando, antes de llegar, seguirles con la vista en el inicio de su eventual huida y en general tener una visión más amplia y de conjunto del entorno más allá del primer arbusto.
Reducción de olores y sonidos. Al estar en altura, el cazador logra reducir la propagación de sus olores y, sin bien seguirá siendo regla de oro el controlar la dirección del viento para no cargar en la dirección equivocada, la altura nos dará cierto margen de maniobra para no ser detectados por el finísimo olfato de reses y jabalíes.
Lo mismo ocurre con los sonidos. Al estar tan cerca, cualquier mínimo movimiento o sonido será muy fácilmente detectable por los animales y, una vez más, el estar a varios metros sobre el suelo nos permite cierto margen, mayor que el que tendríamos a ras del suelo donde cualquier sonido llegaría inmediatamente a los oídos de los animales, siempre alerta.
Mejor ángulo de tiro. Al disparar desde una posición elevada, el cazador apunta en un ángulo descendente que facilita la colocación de tiros más precisos.
Con un arco, la precisión es un factor vital y un error de un par de centímetros puede afectar muchísimo a la efectividad de una flecha. En estos casos, la estadística demuestra que las trayectorias anguladas, combinadas con la adecuada posición del animal son mucho más efectivas.
Seguridad. El mismo hecho de realizar un disparo desde un ángulo elevado asegura que el proyectil, flecha o bala, impactará siempre en el suelo y a corta distancia evitando riesgos propios de otras modalidades cinegéticas. Igualmente, aunque la caza al acecho suele ser solitaria, en el caso de haber otros cazadores en la zona, el estar en un árbol o posición elevada reduce el riesgo de ser vistos o detectados y reduce el riesgo de accidentes.
Camuflaje. La posición elevada en un árbol puede proporcionar un mejor camuflaje y ocultamiento, ya que los cazadores pueden usar las ramas y vegetación circundante para ser menos visibles para la presa.
Las ventajas son indudables y numerosas pero es importante destacar que la caza desde un árbol también conlleva riesgos, como caídas desde la altura. El uso de líneas de vida y arneses de seguridad es absolutamente indispensable y jamás deberemos abandonar el suelo firme sin estar bien atados ni dejar de estarlo en ningún momento hasta que nos hallemos de nuevo de pie en el suelo.